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Electroestimulación medular y de ganglios: un alivio para el dolor crónico

Son muchos quienes deben vivir con dolores que no responden ni a los tratamientos más radicales. Para ellos puede haber una esperanza: la electroestimulación medular y la electroestimulación del ganglio de la raíz dorsal, un innovador procedimiento que se realiza en Clínica Biobío y que ha tenido sorprendentes resultados.

En Chile, se estima que entre el 30 y el 50% de la población tiene dolor crónico, condición definida como un malestar que persiste por más de tres meses.

La transformación del dolor agudo en crónico implica cambios significativos en el organismo, que llevan a que esta molestia “pase de ser un aviso de que algo está mal, a convertirse en una enfermedad propiamente tal”, detalla el Dr. Germán Acuña, especialista en Terapia del Dolor de Clínica Biobío.

Cerca de dos tercios de esos pacientes sufren de malestar moderado a severo, enfrentando algunos de ellos lo que se conoce como “dolor intratable”, que implica que su afección no responde a los tratamientos convencionales, ni siquiera a los más radicales. Es pensando en ellos que en Clínica Biobío se realiza un innovador procedimiento, mínimamente invasivo y ambulatorio, denominado electroestimulación medular (EEM) y electroestimulación del ganglio de la raíz dorsal (GDR).

Estas intervenciones consisten en la instalación quirúrgica de electrodos en el espacio que rodea los nervios o en la médula espinal, los cuales se conectan a un dispositivo generador de impulsos (similar a un marcapasos) que se implanta bajo la piel del paciente. "Este sistema proporciona una estimulación eléctrica a los nervios o a la médula espinal, interrumpiendo la transmisión del dolor hacia el cerebro”, explica el Dr. Acuña.

Pero lo mejor de esto -añade el médico- es que, gracias a las nuevas tecnologías, hoy en día los pacientes pueden controlar estos dispositivos mediante un smartphone, ajustando la intensidad según sus necesidades. Incluso, cuenta con dos modos de “pausa”: uno pensado para usarse en caso de realizarse una resonancia magnética y, el otro, para intervenciones quirúrgicas, que permiten a su portador acceder a estos procedimientos sin riesgo de daños al dispositivo o a su bienestar.

“El estimulador de ganglios ha mostrado ser particularmente eficaz en casos de dolor complejos como el Síndrome de Südeck y el dolor fantasma, logrando cambiar radicalmente la calidad de vida de los pacientes. Los estimuladores medulares, por su parte, tienen una gama más amplia de indicaciones, que incluyen cirugías fallidas de columna, pacientes con tumores medulares o enfermedades complejas de vejiga como la cistitis intersticial”, detalla el especialista.

El Dr. Acuña ya ha realizado dos de estas intervenciones, con resultados sorprendentes. La primera, a una paciente con síndrome pudendo intratable quien, por su dolor, debía recibir altísimas dosis diarias de metadona y, la segunda, a una persona con una proctalgia intratable, que también estaba obligada a usar fuertes dosis de opioides. “Ambos casos son muy bonitos porque con el procedimiento uno espera reducir al mínimo el dolor, pero resultó que los dos pacientes quedaron con ‘cero dolor’, y eso es maravilloso”.

 



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